Misión

Antes de que lamentemos lo que no hemos hecho para revertir la crisis ecosocial, urge entusiasmar con lo que podríamos hacer.

Lamentablemente, hoy por hoy, las evidencias empíricas del calentamiento global y los mandados éticos no parecen ser razón suficiente para precipitar el cambio de mentalidad que necesitamos.

Por más apremiante que sea refundar nuestra civilización tecnocapitalista sobre otros fundamentos que el crecimiento ilimitado, la maximización de beneficios y el individualismo consumista, no nos ponemos de acuerdo sobre las estrategias que deberíamos seguir para evitar el colapso civilizatorio: desarrollo sostenible, decrecimiento, geoingeniería, economía verde…

En cualquier caso, las ficciones culturales que nos han traído hasta aquí ya no nos sirven para transitar el camino que conduce a un utópico futuro, no solo libre de emisiones y residuos sino también de desigualdades e injusticias.

En vista de que las fuentes de energía limpia y renovable no bastan para abastecer nuestro creciente consumo de electricidad, una tasa internacional al carbono jamás se aprobará por razones geopolíticas y los gobiernos que aboguen por reducir el nivel de vida de los ciudadanos nos saldrán reelegidos, solo podremos desviar el rumbo suicida de la sociedad industrial si cambiamos el argumento de las historias que nos contamos para vivir.

Desde ámbitos muy distintos se proclama la necesidad de poner en circulación nuevas narrativas emancipadoras y sanadoras, que, enfatizando lo común y celebrando la plural unidad de la vida, resignifiquen nuestras ideas de progreso, inteligencia e, incluso, humanidad.

Nuestra asociación nace con el propósito de dar visibilidad a quienes, en nuestros días, están contribuyendo a modelar ese relato colectivo, destinado a combatir el fatalismo medioambiental y contagiar la esperanza de que aún podemos escribir nuestro destino, un destino muy distinto al que parecemos condenados por la entropía climática y la crisis sistémica.

Pretendemos servir de cámara de resonancia a ese coro de voces interdisciplinares, que entona un mismo canto en favor de un nuevo contrato ecosocial.

«Una cosa que sucede en los mitos es que en el fondo del abismo surge la voz de la salvación. El momento más negro es el momento en que el verdadero mensaje de transformación está a punto de suceder. De lo más oscuro surge la luz.»

Nuestra asociación adopta el nombre de esos insectos bioluminiscentes que, como diminutos faros, alumbran la oscuridad del mundo. En las tinieblas, su zigzagueante luz traza una rúbrica de esperanza y una constelación de sentido. La luciérnaga, rodeada de una aureola de belleza y misterio, es un poderoso símbolo tanto de la calidad medioambiental como de la fragilidad de los ecosistemas. Y su evocadora imagen sirve de emblema a nuestro principal cometido: despertar la conciencia de la biosfera.

Un propósito concebido si solución de continuidad que tiene como objetivo principal el divulgar ideas de sostenibilidad y de relación equilibrada del ser humano con la naturaleza.

Por medio de diversas actividades e iniciativas vamos a debatir ideas, crear narrativas, divulgar conocimientos precisos para iluminar el camino hacia una transición eco-social que abrace la naturaleza como fuente de inspiración. Precisamos fortalecer la resiliencia de nuestras comunidades y para ello nos valemos del arte y las humanidades para trasferir de modo concreto y práctico ideas que puedan inspirar proyectos de cambio de paradigma.

Aspiramos a escribir algunas líneas del nuevo contrato entre el ser humano y la Tierra.

Las acciones se realizarán principalmente en el Estudi Tur Costa, sede de la Asociación Cultural Anneliese Witt, Rafael Tur Costa, donde vamos a desarrollar un amplio programa de actividades relacionadas que iremos publicando en esta web y compartiendo en redes sociales.